La náutica social como seña de identidad, retos y futuro

La náutica social como seña de identidad, retos y futuro

octubre 4, 2025·Equipo Zarpar
Equipo Zarpar

Zarpar es la plataforma que conecta a armadores y tripulantes para vivir experiencias náuticas únicas. La misión de ZARPAR es multiplicar x10 el uso de los barcos en España y fomentar la náutica social. De 15 salidas al año por barco solo en veranos, a 150 salidas todo el año.


La náutica social como seña de identidad, retos y futuro

José Antonio Morillo-Velarde del Peso, Jefe de Asesoría Jurídica de Puertos del Estado
Alberto Pons, Gerente del Club Náutico Can Picafort
Antonio Estades, Presidente de la Asociación Balear de Clubes Náuticos
Carlos Carmona Gil, Presidente del Real Club Náutico Torrevieja


Se puso sobre la mesa uno de los temas más candentes del sector: ¿pueden sobrevivir los clubes náuticos tradicionales frente al poder económico de las marinas privadas?

La batalla económica (que los clubes no pueden ganar)

Alberto Pons, gerente del Club Náutico Can Picafort, fue directo al grano con una presentación demoledora de números que no dejan lugar a dudas: económicamente, los clubes náuticos no tienen nada que hacer frente a las marinas.

Los datos son aplastantes. Un club que factura 1 millón de euros, con los mismos amarres gestionados por una marina privada, generaría 5 millones. Y cuando hablamos de clubes más grandes, las diferencias se disparan: donde un club factura 13 millones, una marina llegaría a los 41 millones.

¿Por qué esta diferencia tan brutal? Básicamente porque los clubes tienen gastos “de corazón”:

  • Deporte: un club debería invertir mínimo un 10% en actividad deportiva (100.000€ en un presupuesto de 1 millón). Una marina puede poner 1 millón sin despeinarse.
  • Personal: los clubes mantienen un 25-30% de gastos en personal, las marinas apenas un 5%.
  • Compromiso social: actos sociales, eventos, formación… todo eso suma.

Pons fue contundente: “Si nos movemos por temas económicos, estamos muertos. La única manera de proteger a los clubes es a través de la ley”.

Los conceptos que hemos regalado

Alberto hizo hincapié en tres conceptos fundamentales que los clubes han perdido o están a punto de perder:

  1. Sin ánimo de lucro: no es que no deban ganar dinero, pero su objetivo no es el beneficio económico sino el servicio social y deportivo.

  2. Arraigo: “Nosotros llevamos aquí 100 años aportando a la sociedad, ¿y ahora viene un fondo finlandés?” Los clubes echaron raíces, construyeron comunidad, formaron deportistas. Ese valor se ha diluido ante la Europa del libre mercado.

  3. Gentrificación del mar: en Baleares se está viendo claramente cómo el ciudadano balear está siendo desplazado por extranjeros con mayor poder adquisitivo. “Todo por la pasta”.

La respuesta desde la Administración

José Antonio Morillo-Velarde, jefe de Asesoría Jurídica de Puertos del Estado, reconoció la situación y anunció que hay movimiento legislativo:

Cuatro propuestas en marcha (aunque pendientes de aprobación parlamentaria):

  1. Eliminar la valoración de “cantidades adicionales” en concursos donde haya dársenas deportivas tradicionales.
  2. Permitir el otorgamiento directo sin concurso para entidades declaradas de utilidad pública.
  3. Evitar la obligación de ir a concurso cuando haya más de dos entidades concurrentes y esté por medio un club náutico.
  4. Potenciar criterios de adjudicación que favorezcan la náutica social y actividades de interés general.

Pero Morillo-Velarde también lanzó un aviso: “Los clubes tienen que dedicarse a lo que tienen que dedicarse”. Si solo son un restaurante con unas fiestas y alquiler de amarres, no tienen justificación para estar en el dominio público.

Y aquí viene la clave: la declaración de utilidad pública. No basta con ser “sin ánimo de lucro”, hay que demostrarlo con:

  • Más de dos años de antigüedad
  • Plan deportivo activo
  • Memoria anual de gobernanza
  • Acceso no discriminatorio
  • Transparencia

La realidad desde las trincheras

Carlos Carmona, presidente del Real Club Náutico de Torrevieja, puso la dosis de realidad más cruda: “Yo llevo 20 años sin saber qué es lo que quiere la Administración”.

Su club es un ejemplo de lo que debería ser la náutica social:

  • 560 amarres, 1.700 socios, 4.000 usuarios
  • Todos los niños de cuarto de primaria del municipio pasan una semana al año por el club
  • Más del 30% del presupuesto va a deporte (no el 10% recomendado, ¡el 30%!)
  • Actividades con discapacitados, asociaciones locales, eventos deportivos internacionales…

Pero lleva desde 2007 pidiendo renovación o prórroga de su concesión. Vive en precario total, sin poder hacer las inversiones necesarias, mientras dos marinas cercanas tienen instalaciones mucho mejores.

Su reflexión fue desgarradora: “A mí que me digan aquí que la náutica social es súper importante… me voy con la sensación de que me están tomando el pelo”.

El caso de Baleares: laboratorio del futuro

Antonio Estades, presidente de la Asociación Balear de Clubes Náuticos, aportó datos reveladores:

  • Los clubes náuticos gestionan el 80% de las embarcaciones menores de 10 metros en Baleares.
  • Son “los garantes de la náutica recreativa para los residentes baleares”.
  • Garantizan precios de amarres sostenibles frente a la especulación.

Baleares está trabajando en una modificación de su ley de puertos que incluirá el concepto de utilidad pública, con criterios exigentes pero claros. Y hay ejemplos dramáticos de lo que está en juego: el Club de Vela de Porto Andratx está a punto de desaparecer. “Va a ser una tragedia para Andratx”, sentenció Pons.

Las conclusiones (y lo que nos queda por delante)

Del debate quedaron claras varias cosas:

Los clubes náuticos no pueden competir económicamente con las marinas, ni deben intentarlo.

La defensa debe ser política y moral: cumplir escrupulosamente con la función social y deportiva, comunicarlo bien, y presionar para que la ley proteja ese modelo.

La declaración de utilidad pública es el camino, pero hay que ganársela con trabajo real y transparencia.

La comunicación es clave: hay que explicar a la sociedad (y a los políticos) todo lo que hacen los clubes.

El apoyo local es fundamental: los ayuntamientos y gobiernos regionales deben ser aliados porque son los que sienten el impacto social directo.

Los estatutos sociales importan: hay que revisarlos para que reflejen realmente el compromiso con el deporte y la función social.

Como dijo Pons: “Somos un pueblo, no una urbanización. Y no tengo nada contra las urbanizaciones, pero son dos conceptos diferentes”.

El reto está en conseguir que las leyes reconozcan esa diferencia antes de que sea demasiado tarde.


Ponencia presentada en el VI Simposio de Clubes Náuticos de España organizado por CEACNA

Participantes:

  • Alberto Pons, Gerente Club Náutico Can Picafort
  • José Antonio Morillo-Velarde del Peso, Jefe Asesoría Jurídica Puertos del Estado
  • Antonio Estades, Presidente Asociación Balear de Clubes Náuticos
  • Carlos Carmona Gil, Presidente Real Club Náutico Torrevieja
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